La iluminación navideña de un ‘apagado’ año
- Urdi De Castro
- 16 dic 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 ene 2021

La iluminación de las ciudades, en ocasiones excesiva, nos recuerda que ‘ya es Navidad en El Corte Inglés’. Y en todas partes. La Navidad es una época del año especial en la que el protagonista es el consumo. El alumbrado navideño viste de color los distintos lugares del país. Aunque esta vez los adornos no sanarán los daños que ha causado el 2020. Ante el panorama actual, se ha dejado de lado la solidaridad con familias en situación de emergencia social y se ha apostado por luces, luces y más luces para alumbrar las calles.
Árbol de Navidad en el Parque de Amestoy.
Fotografía: Coral Manteca.
Llega diciembre y la ciudad de Castro tira la casa por la ventana. No se quedan atrás Sanxenxo (Pontevedra) que gasta en luces 4,60€ por habitante, Marbella (Málaga) 4,36€/h o Ermua (Vizcaya) 3,77€/h. Son los tres lugares en los que más se ha gastado entre los 72 municipios contabilizados. Castro Urdiales por su parte tuvo la cifra más alta en 2010 con 83.000€, fue bajando hasta 2015 y este año el importe ha subido hasta los 55.000€. El 27 de noviembre se encendieron las luces de navidad del municipio de la mano de una megafonía ambiental. Se han sonorizado la Avda. Constitución, el Ayuntamiento, la Calle Santander, la Plaza del mercado y sus alrededores.
Frente a la crisis económica y la disminución del turismo derivado de la pandemia, ayuntamientos y empresas españolas han centrado sus estrategias de recuperación para el último mes del año en la iluminación navideña, dado el impacto obtenido en años anteriores con visitas y consumo local. Sin embargo, tanto los castreños como otros muchos han visto excesivo e innecesario el gasto en una luz que no se va a aprovechar: el toque de queda de las 22h, la limitación de las salidas familiares típicas en estas épocas festivas a 6 personas, y la hostelería en su mayoría cerrada y con aforo. Y entonces, ¿quién aprovecha las luces?
Cientos de negocios en el municipio han echado el cierre al no poder hacer frente a las deudas. Incluso, aunque otros muchos tienen la posibilidad de abrir en esta segunda ola, sus ingresos no sirven para alimentar ni dos ni tres bocas más en sus hogares. Ni para pagar a sus trabajadores. ¿No habría sido mejor trasladar esa iluminación a la ayuda de los afectados?
Pese a todo, para ser justos, hay que decir que las luces de Navidad también harán algún bien. En primer lugar, tanto la instalación como la preparación de las luces da trabajo a mucha gente. En contra de lo que muchos puedan creer, los decorativos navideños no se colocan solos, detrás de ellos hay empresas y trabajadores. Eliminar estos adornos durante esta época del año habría supuesto la ruina para las compañías que se dedican a ello y hubiésemos tenido que añadir este sector a la larga lista de damnificados del 2020.
Una de estas compañías es Francis2, que durante esta semana está montando la decoración navideña en la plaza del ayuntamiento. A primera vista, parece que es algo ostentosa y sería interesante saber que dinero ha empleado el ayuntamiento en su contratación pero, ¿no sirve para apoyar a un negocio castreño que está atravesando un mal momento? Hay que recordar que este año no hemos podido celebrar Coso Blanco, las empresas como Francis2 también lo están pasando mal.
Además, las luces de navidad cumplen otra función: intentar sacar una sonrisa a quien las ve, recordarle que es Navidad (para algunos la época más feliz del año), y mejorar su estado de ánimo. Este 2020 ha sido especialmente duro para todos, y la decoración navideña intenta hacer que todo nos sea un poco más llevadero y relajar un poco este ambiente depresivo en el que hemos vivido durante todo el año. Desde el ayuntamiento se están esforzando porque la gente pierda el miedo a salir a la calle, se anime y de paso gaste dinero en el comercio local. Esto no hay que verlo como una maniobra capitalista sino como un intento de reavivar una economía que está bastante dañada. Si no nos rascamos un poco los bolsillos durante estas Navidades, es posible que el daño sea ya prácticamente irreparable. Sin embargo, también es cierto que estos beneficios que aportan las luces podrían haberse conseguido igualmente dedicándoles una inversión menor e intentando ser más equitativos a la hora de repartir el dinero. No puede ser que el ayuntamiento se deje 55.000€ en esto, y, en cambio, el sector hostelero castreño esté sin recibir ayudas. Aunque la situación sea grave y nos atormente, ya no podemos hacer nada al respecto. Disfrutemos de la iluminación navideña que hará que los últimos días del trágico 2020 sean un poco más agradables.
Decoración navideña de la Plaza del Ayuntamiento por Francis2. Fotografías: Coral Manteca.
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